domingo, noviembre 28, 2010

CONGRESO DE PLATAFORMAS SIGLO XXI

Ayer se celebró en el Ateneo de Madrid, el Congreso de Plataformas siglo XXI, al que tuve el honor de asistir. De la simple observación de los acontecimientos, se llega a la conclusión de que la sociedad civil está viva y con ganas de cambio. Había un grupo muy heterogéneo de gente: mayores, jóvenes, de edad media , hombres, mujeres, profesionales de la política, empresarios, pertenecientes a tribus urbanas, profesores, pilotos, periodistas, asociaciones, partidos residuales y hasta gente de por libre cuyas reivindicaciones no son escuchadas por los partidos mayoritarios. El común denominador de todos ellos, el descontento con el sistema actual y la necesidad de cambiarlo. La pregunta que queda pendiente después del congreso es: ¿seremos entre todos capaces de organizarnos para conseguir el objetivo?
La organización, con iniciativa de Jesús García Barcala, era buena a priori pero previó mal dos aspectos fundamentales: la amplitud de la sala, que con capacidad para 50 personas sentadas y la duración de la reunión, eran a todas luces insuficientes.
Finalmente asistieron 25 asociaciones a las que se les dio, sobre la marcha, 4 minutos para la presentación.
La mesa estuvo compuesta por Pedro López Arriba, miembro del Ateneo; Bernardo Rabassa Asenjo, presidente del Club Liberal Español y organizador del encuentro; el citado Barcala y Juan Vicente Santacreu, líder de la plataforma Masby.
De las asociaciones intervinientes, hubo una mayoría liberal.
Conocedor de esto por alguna información previa que había enviado Barcala, ante la imposibilidad de leer el manifiesto entero en tan escaso tiempo y actuando en segundo lugar, decidí improvisar la presentación resumiendo nuestros principios; intenté hacer hincapié en la adquisición y preserva de nuestra libertad política, que no garantiza la ideología liberal. No se si hice bien; si no es así, lo siento.
Pienso que desde un sistema representativo liberal, se puede llegar a una democracia, pero desde una partitocracia jamás. Por eso soy de la opinión que debemos seguir adelante con el proyecto y animo desde aquí a Jesús a seguir en la lucha ya que lo vi muy desanimado al final del congreso.

Una vez hechas todas las presentaciones hubo un corto e intenso debate marcado por el cansancio general, la desesperación de algunos y el abandono de muchos, para ver como se coordinaban todas las voces presentes.
Aunque se votó casi por unanimidad (todos menos uno) la creación de una Coordinadora Ciudadana virtual (por Internet) que aglutine a todas las asociaciones, no quedaron claros los objetivos que se debían defender.
Por eso se emplazó para que cada organización nombre a un representante que aporte un decálogo de donde saldrán los principales puntos que defenderá la Coordinadora.
Se enlazarán todas las páginas de las asociaciones a dicha coordinadora y se votarán dichos puntos finales.
Creo que para tan poco tiempo, no está mal. Ahora tenemos que actuar sin prisa, pero sin pausa. Si llevamos 30 años de partitocracia y no podemos caer en la precipitación para derrocarla, provocando el fracaso del proyecto que a todos nos une.

miércoles, noviembre 03, 2010

ATAVISMO POLÍTICO

La historia de España, desde la romana Hispania, no es profusa en acontecimientos consecuentes de la libertad política. Paradójicamente, tratándose de un estado con reivindicaciones separatistas internas, las principales movilizaciones ciudadanas han surgido ante el peligro cernido sobre la integridad nacional. Invasión árabe, guerras con Inglaterra, Francia, Marruecos, etc.
La última, durante la guerra de la independencia con los franceses, fue ejemplar ante el vacío de poder consecuencia del secuestro de Fernando VII por Napoleón. Se crearon las Juntas Provinciales que dirigían las actividades de hostigamiento al invasor e inventamos la guerra de guerrillas. No se produjo, sin embargo, la revolución liberal que sí tuvieron ingleses y franceses, que acabó con el absolutismo. En España nos tuvimos que conformar con la lenta adopción de mediadas arbitristas al son de melodía proveniente de la Europa mas civilizada.
Y a ese son hemos bailado hasta la transición, dirigida por los EEUU y la socialdemocracia alemana, a este estado de partidos donde campa la demagogia, la mediocridad intelectual, la bajeza moral y la corrupción.
Las causas de que no triunfara esa revolución pendiente cuando hubo oportunidades para ello (constitución de 1812, pronunciamiento de Riego y el trienio liberal, la revolución de 1868 (la gloriosa), II república, guerra civil, fin del franquismo), hay que buscarlas en ese miedo atávico a la libertad, seguramente achacable a los caóticos sucesos de la revolución francesa que produjeron una exaltación del instinto de conservación del poder por la clase dirigente.

Todas las manifestaciones de la libertad política, entendida como la capacidad de organización espontánea de los ciudadanos para instaurar, regular y controlar el poder (juntas provinciales de 1808, juntas revolucionarias de 1868, junta democrática de 1975, entre otras), ha chocado con la resistencia de los dirigentes.
La mayoría de políticos actuales en activo han vivido directa o indirectamente el régimen franquista. Muchos de ellos se formaron y medraron en este. Para los que duden que este régimen sea una simple mutación de aquel, que hagan acopio de muchos de los hechos promovidos y ejecutados por los sucesivos gobiernos:

      Que un presidente de gobierno pueda dividir España en 17 territorios dotados de autonomía para desactivar las reclamaciones históricas de dos regiones.

      Que un presidente de gobierno pueda permitir la corrupción en sus colaboradores y que se organice el crimen de estado.

      Que un presidente de gobierno pueda alinearse con los precursores de una guerra internacional, ignorando la opinión pública desfavorable y violando arbitrariamente la tradición neutral que históricamente ha mantenido la nación española.

     Que un presidente de gobierno aboque a la bancarrota y a la desintegración territorial a la nación, por el empecinamiento en una ideología caduca e impregnada de conceptos nacionalistas ucrónicos.

¿Se puede uno extrañar del último nombramiento de un presidente socialdemócrata, progresista y aperturista? No es baladí que Rubalcaba tenga toda la información de primera mano de las actividades de la policía nacional, guardia civil, CNI y además sea el encargado de contarlo a la prensa.
Se trata de algo comparable a la figura de los validos que nombraban los reyes absolutistas, para preservar su holganza. ¿Se puede seguir autodenominando democrático este régimen con un nombramiento de ese tipo?
¿Debemos asistir los ciudadanos impasibles a esta demostración de atavismo político?
¿Se puede justificar la participación en las instituciones de este régimen que rezuma podredumbre por doquier?
Despertemos de esta pesadilla, ciudadano, pues está en juego nuestra libertad y eso son palabras mayores.