
Me llamó especialmente la atención un participante de un blog en Internet, que retaba a otro bastante flojote de reflejos dialécticos, a que le pusiese ejemplos de corrupción en este régimen oligárquico, no solo política, sino social y cultural. El retado no atinaba a ponerle ningún ejemplo claro y contundente y se limitaba a desacreditar a su interlocutor de falta de visión de la realidad.
Ni que decir tiene que para el retador no existe otra corrupción que la económica, que es la propia de la corrupción política. Evidentemente la corrupción tiene otras connotaciones cuando hablamos de la vida social, moral, cultural, etc., como puedan ser la degeneración de las costumbres, el mal empleo idiomático, las malas prácticas comerciales, muy habituales en el sector servicios, etc.
Y efectivamente no hace falta remontarse muy lejos en el tiempo, ni tan siquiera moverse del sillón de tu casa, para encontrar ejemplos de todo tipo de corrupción en la historia reciente de este país.
Así, en los tiempos de Felipe Gonzalez, salíamos a caso diario hecho público; desde el Director General de la Guardia Civil, que se llevó el dinero de los huérfanos, pasando por el ministro que ordenaba secuestros, el Director del banco de España que tenía cuentas opacas a hacienda, el alto funcionario que acaparaba fondos reservados, etc., etc.
Hogaño también son comunes los casos como Marbella, la condonación por ciertas entidades financieras de créditos millonarios a partidos políticos (la financiación ilegal está prácticamente institucionalizada).
Bien conocido es la importancia que tiene el control político de las Cajas de Ahorro, que tienen importantes partidas para fines “sociales”, que en muchos casos son usados por los partidos que las controlan, como financiación de los mismos.
En cuanto a corrupción cultural, el principal ejemplo es consecuencia del casi monopolio de Jesús Polanco, que controla desde los libros de texto que aprenden nuestros niños, a los medios de comunicación de masas y por tanto la producción de la opinión y también influye en el cierre de las cadenas o su absorción, de revistas y programas incómodos a la opinión oficial del régimen (cuyo ejemplo mas reciente es el cierre del programa de Telemadrid 'Diario de la noche' dirigido por German Yanke).
Recuerdo la ilegal toma de control del grupo de Polanco sobre Atena 3 anulada por el Tribunal Supremo. Ante la obligación de cumplir la sentencia, el gobierno de Zapatero ha decidido… ¡cambiar la ley!, para hacerla legal.
El monopolio editorial que hace que se dé mayor publicidad a ciertos autores, con el control político de galardones y ascensos en la Real Academia de la Lengua. El reciente nombramiento de un escritor semianalfabeto o el anterior de un famoso director de periódico cuyo currículo aportaba una sola novela y mala, hablan a las claras de la corrupción cultural.
La corrupción social es consecuencia directa de la política y cultural; el ciudadano hace lo que ve y se ejemplariza con los conspicuos personajes, sean artistas, políticos, deportistas, etc.
Recuerdo a un ministro de economía que se vanagloriaba de que España era el país que en que uno se hacía rico en menos tiempo. Esta sustitución de los valores sociales tradicionales por el puramente económico, es uno de los motores principales que mueven a la corrupción.
El poder político intenta echar raíces en la sociedad civil para crear un clientelismo social que garantice su perpetuación en el poder.
Los fuertes vínculos sociales que se establecen entre los mandamases de los partidos en el poder y la sociedad local (inauguraciones, asistencias a espectáculos o actos culturales, ágapes de promoción de productos, etc.) hace que haya una dependencia similar al antiguo caciquismo; de hecho a aquellos se les llama actualmente “barones” nombre evocador del histórico poder de la nobleza.
El PER, práctica que sigue vigente en Andalucía y Extremadura donde hace que se eternice en el poder el PSOE, consiste en la certificación falsa de la ejecución de trabajos a cargo de los presupuestos del Plan de Empleo Rural y que constituye el medio de subsistencia de muchas familias que pasan a formar el llamado “voto cautivo”.
Como funcionario de comunidad autónoma he visto como el pago de las ayudas a la agricultura, que los fondos europeos sufragan a los agricultores y ganaderos, eran precedidas por la carta del consejero de turno avisando de la transferencia a su cuenta bancaria de determinada cantidad, sin especificar de quien procedía el dinero, ni en concepto de que. De esa manera daba la impresión que el dinero lo mandaba dicho consejero por gracia de su partido.
La adjudicación de contratos de servicio, donde se hace la pantomima de publicarlas en concursos de multiconcurrencia, sacan unas condiciones que solo unas cuantas empresas (si no una solo) pueden cumplirlas; esta es otra gran fuente de corrupción tanto política como social. Conozco sociedades con importantes fuentes de ingresos procedentes de contratos de servicios que se perpetúan en el tiempo, a cargo de los presupuestos.
Como se recordará, recientemente el presidente catalán achacó, en el parlamento, al jefe de la oposición el haber sustraído el 3% de todas las obras adjudicadas en los últimos 23 años que este estuvo en el poder.
También en Cataluña, recientemente, la prensa se hacía eco del cobro de una parte del sueldo de los funcionarios elegidos a dedo, al partido que detenta el poder; otro ejemplo mas para añadir a la lista.
Corrupción social es, también, la inducción intencionada al mal uso del lenguaje; por ejemplo, empleo incorrecto de términos, de expresiones vulgares o soeces, de expresiones hechas (muletillas) que anulan su capacidad espontánea de combinación de palabras y redundan en el empobrecimiento idiomático. Ejemplos existen para hartar: del “por consiguiente” o “sin acritud” felipistas, al “venga”, “va a ser que no”, “como no podía ser de otra manera”, etc.,de la actualidad.
La aristocracia cultural y lingüística, es considerada como jerga de enteradillos o sabelotodos y el hablar bien o de manera correcta, es visto como amanerado o cursi.
Si analizamos las causas de este fenómeno, comprobaremos que no es casualidad, ya que a esta degeneración del lenguaje contribuyen además de los políticos, los personajes famosos y los de la nueva clase de “famosos” habituales de los programas del corazón, que idiotizan al espectador medio para que no se dedique a cosas más instructivas.
El objetivo de la corrupción cultural es claro; formar una sociedad civil satisfecha mediante el estado de bienestar e ignorante de las ideas y cultura, la que se fomenta como consumo y no como aprendizaje y fuente de valores. Da vergüenza ajena ver a autobuses de gente mayor, de bajo nivel cultural, viendo cuadros clásicos y escuchar las explicaciones de los guías sobre estos.
Tampoco el poder judicial se escapa a los ejemplos, como lo tenemos en las andanzas del juez Estevill, compinchado con malhechores para llevarse parte del botín, o la permanente persecución masculina (en el estado de la igualdad sexual) en las resoluciones judiciales en caso de separación o divorcio, donde en el 95% de las veces el hombre queda totalmente expoliado de bienes y con cargas económicas o las andanzas de un juez despechado de la vida política que se encarga de perseguir judicialmente a sus verdugos políticos y ahora que estos ya no están, se dedica a favorecerlos con resoluciones que rozan la prevaricación.
Tampoco se puede olvidar la persecución y muerte profesional del juez Liaño, cuyo delito fue cuestionar las cuentas del todopoderoso Jesús Polanco, con resoluciones que en todo momento contaron con el apoyo fiscal y que se trataban de instrucción de sumario, no de sentencias. Este juez tuvo la mala suerte de que los jueces que lo juzgaron eran amigos del acusado, que no tuvieron ni la dignidad de renunciar al caso.
Por supuesto, de la corrupción política, por ser más evidente, al tratarse de componente económico, solo se llega a conocer los casos concretos traicionados por las pasiones antagónicas, celos, envidias, etc.
Se puede decir que conocemos, la punta del iceberg, por poner el tópico al uso.
Es muy difícil, por la falta de controles ciudadanos al poder político, llegar a conocer casos de corrupción. Es muy posible que individuos de buena reputación, sean o hayan sido corruptos, sin que trascienda
La reciente oferta del PSOE al PP de llegar a un “pacto contra la corrupción urbanística”, después de que hace años un Felipe Gonzalez acuciado por la misma, inventase la figura del Fiscal anticorrupción, una especie de French Connection redivivo cuya figura todavía perdura, deja bien a las claras que el problema existe, no es un invento de las lenguas maldicientes o catastrofistas, y que su solución hasta ahora ha consistido en salir al paso con medidas legales y policiales y tratarla por sectores, (urbanística, judicial, partidista, etc.) que es lo mismo que estar tratando a un enfermo de cáncer con aspirina.
Y es que no se quiere entender que mientras haya dinero público sin necesidad de justificación, mientras que municipios y comunidades autónomas se puedan endeudar sin tasa ni medida, mientras las entidades locales tengan en su mano, amparadas por la irresponsabilidad de los partidos, la capacidad de recalificar terrenos y mientras que no haya una auténtica separación de poderes con controles ciudadanos, mientras no exista una limitación temporal de ostentación del poder que evite el clientelismo político, existe y existirá la corrupción. Ya pueden llamar a los mejores agentes de las mejores policías del mundo, que esta será inevitable.
Por eso desde la ALCD, proponemos que las reformas necesarias en el ordenamiento jurídico para garantizar estos remedios. Al cáncer hay que operarlo y tratarlo con medios abrasivos para eliminar todo residuo insano que pueda volver a producirlo.