jueves, junio 11, 2009

REPRESENTACIÓN = RESPONSABILIDAD

La representación política debe ser equivalente a la responsabilidad.

Al igual que un abogado con poderes nos gestiona los asuntos jurídicos y responde ante nosotros por sus acciones, el representante político tiene que responsabilizarse de sus acciones ante los electores de su distrito. Para que esto sea posible orgánicamente, tiene que haber un solo representante elegido por voto mayoritario a doble vuelta.
Para determinar la responsabilidad a la que me refiero, tiene que haber una correspondencia biunívoca entre responsabilidad del electo y su gestión política para el territorio en cuestión (distrito).
De esa manera la responsabilidad de cara a los electores quedaría clara para su elección, renovación o revocación.
Y para que se de esa relación, las candidaturas tienen que ser uninominales, pues si son varios los elegidos, no existe esa relación y por tanto no se puede exigir esa responsabilidad institucional.
Esto es lo que ocurre en la partitocracia actual, pues son varios los diputados por distritos elegidos por voto proporcional, con distintos programas. No es menos cierto que los programas no se cumplen, sino que, al tratarse de varios, los ciudadanos no pueden ni tan siquiera fijar sus objetivos.
Muchos integrantes de las listas electorales son encasillados en estas, como se hacía en el caciquismo (de ahí viene e termino cuneros), en la posición calculada según la tendencia de votos, para garantizarse la plaza en las Cortes.
No hace falta que vivan ni tan siquiera que sean conocidos en el distrito electoral, pues no van a responder ni ha responsabilizarse ante sus electores. Están sometidos a disciplina de partido y por tanto solo responden ante estos, de sus acciones.
Los ingenuos ciudadanos que votan esta tomadura de pelo, luego se preguntan como es posible que candidatos acusados de graves delitos, como crímenes o corrupción, puedan volver a salir elegidos, incluso incrementando sus resultados anteriores.
No se dan cuenta que es la falta de libertad de poder elegir o deponer a los elegidos corruptos o criminales, lo que propicia esta aparente incoherencia.
Al ser varios elegidos por distrito, pertenecientes a distintos partidos, ¿a quien se pide la responsabilidad por la gestión o por las promesas electorales no realizadas? ¿Qué mecanismos tiene el ciudadano para corregir estas ineficacias políticas?
Solamente le queda votar en contra de su conciencia ideológica, viendo con impotencia como reproducen las mismas pautas y actitudes, propias de la partitocracia.
Sería muy diferente si los electores pudiesen elegir a distintas personas, dentro de las mismas tendencias ideológicas. Esto último se podría hacer, en parte, con las listas abiertas, pero no estaría garantizado el principio de responsabilidad.

En la democracia representativa, es fundamental la elección unipersonal tanto del representante de distrito, como del Jefe de Gobierno.

Este mecanismo garantiza, por si mismo, la proximidad y el conocimiento integro del candidato por el elector y que este pueda evaluar y calibrar su acción política actuando en consecuencia. Y elimina de un plumazo todas las reminiscencias caciquiles de este régimen que padecemos, acerca el político al ciudadano, clarifica los fines de aquel y garantiza la representatividad de la sociedad civil en la política mediante la suma de todos los representantes de los distritos en el Parlamento nacional.
También elimina las malas prácticas de este régimen y hace estériles las propuestas de reforma de la ley para corregirlas. Al tener que defender única y exclusivamente los intereses de sus electores, se acaban los traidores de la disciplina de partido (“tránsfugas”) y las coaliciones postelectorales para quitar el gobierno a las mayorías.
Con la responsabilidad como equivalencia de la representación, emerge la claridad, el sentido de la acción política y da al sistema eficacia y eficiencia; todo cuadra, como diría un castizo.
Esta es la única modificación de la ley electoral que un ciudadano libre, puede reivindicar. Todo lo demás (prohibición de coaliciones, porcentajes mínimos de votos, listas abiertas, etc.) es marear “la perdiz oligárquica” para que en el coto sigan cazando los de siempre.
A las pruebas me remito.

20 comentarios:

Lino Moinelo dijo...

Hola Quijano,

esta entrada es fundamental para poder explicar el porqué del sistema de representación mayoritaria por distrito uninominal, y porqué el «sacrificio» de la «representación proporcional» puede verse compensado con creces, ya que esa proporcionalidad no lo es en democracia, sino en un reflejo de ideologías, que en última instancia no sean más que sectarias.

Esta entrada merecería verse publicada en otros muchos sitios.

Saludos

Luis Alonso Quijano dijo...

Es un honor para mí contar con una consideración tan distinguida como la tuya, Lino.
Voy fatal de tiempo y apenas puedo medio llevar esta bitácora. El artículo es tuyo para colgarlo en donde quieras.
Sobre lo que comentas, precisamente he tenido recientemente una conversación donde comparábamos las pasiones por los partidos políticos con las futbolísticas.
Los que niegan la ventaja del candidato uninominal, ni tan siquiera son capaces de decirte el nombre de los diputados de su partido por su provincia.
Saludos cordiales.

manulissen dijo...

Quijano,

antes que nada, enhorabuena por el artículo. Lo de la ley r/d me parece ingenioso y acertado. Un descubrimiento, vaya.

A partir de este punto, estoy de acuerdo en el fondo pero no el la forma de lo que propones, por dos motivos:

- Uno: el artículo no distingue entre elegir a un representante del poder ejecutivo o del legislativo. ¿Es lo mismo? ¿El concepto de responsabilidad y el de representación se aplica igual en ambos casos? Esto invita a discutir no sólo el sistema electoral, sino también el modelo de gobierno.

- Dos: la representación uninominal no es condición necesaria ni suficiente para que unas elecciones se consideren democráticas, luego tu propuesta deja parcialmente sin resolver la cuestión de cómo garantizar la democracia cuando el sistema representativo se organiza mediante procedimientos de elección mayoritaria uninominal.

Me explico: Dices que, para determinar la responsabilidad, debe existir una correspondencia con la gestión de la representación. Totalmente de acuerdo. Luego, dices que la única solución posible es que la candidatura sea uninominal, porque así se aisla cualquier ambigüedad y se acaba con el caciquismo, pero no estoy de acuerdo con ninguna de las dos cosas, porque el sistema puede corromperse fácilmente cuando opera sobre grupos reducidos y concentrados de población, porque la elección de un candidato único por mayoría plantea la duda de a quién debe representar - si a todo su distrito o sólo a sus votantes - y, en consecuencia, de hasta qué punto puede o debe cumplir sus promesas y, finalmente, porque queda sin aclarar por qué es más eficiente la gestión de los recursos públicos entre muchos agentes que deben su continuidad a grupos sociológica y geográficamente concentrados que de cualquier otra forma, ya hablemos de número y clase, de representantes o de representados.

Yo no lo tengo claro y, en consecuencia, prefiero apostar por una formulación nítida de las condiciones que garantizan la calidad democrática del sistema electoral antes que por una solución que, a pesar de que me parece pertinente, sigo viéndola incompleta.

Nada de esto no quita para que esté totalmente de acuerdo contigo en que una solución que haga "d=1" es siempre más deseable que cualquier otra.

Un saludo.

Lino Moinelo dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Lino Moinelo dijo...

Aunque no soy el aludido, con el permiso de Quijano voy a dar mi opinión a pesar de que al final acabamos hablando los de siempre, entre nosotros, lo que me añade más desasosiego al ya habitual.

Manuel ha puesto el dedo en la llaga, pero en mi opinión no ha visto lo más importante que se desprende de este sistema: la disgregación del poder.

Es cierto que lo explicado aquí no es suficiente, no es que no sea completo, es que hay más. Pero para continuar con lo demás, hay que tener las fases anteriores claras. Lo siguiente en efecto, sería implantar el mandato imperativo, pero para ello se tiene que haber establecido la relación entre el electorado y el representante, el que ostenta la responsabilidad de cumplir. Si esta no se ha establecido, difícilmente se puede continuar.

No obstante, aún sin el mandato imperativo y explicando lo que quería decir con la disgregación de poder, lo primero que se podría conseguir es la abolición de la disciplina de partido. El poder ya no dependería de forma tan sencilla de unas pocas personas de las cúpulas del partido ganador, o de alguna coalición post-electoral. Así que me resulta curioso como se argumenta que todavía no está claro que el representante no actúe en su beneficio, cuando eso es lo que hacen los partidos, teniéndolo aún más fácil ya que pueden organizarse, siendo además todo legal. Es decir, con este sistema, los acuerdos o pactos entre diputados para votar una opción por intereses particulares serían ilegales o por lo menos violarían claramente el funcionamiento democrático, cuando en el sistema partidocrático es justamente este el funcionamiento normal interno de los partidos, por eso el sistema partitocrático es corrupto en si mismo.

O sea, que se habla de la posible corrupción sobre grupos reducidos cuando se tiene la corrupción institucionalizada gracias a operar directamente sobre todo el estado. De esta forma, esa posibilidad se vería reducida locamente, en función del electorado, cosa que haría variar por zonas la posibilidad, y dificultaría su control para el beneficio de unos pocos, es decir, que sería mucho más complicado dirigir esa corrupción en un sentido único, como si que ocurre ahora de forma sistemática.

No lo digo por Manuel, lo digo por conversaciones de la gente, acostumbrada a tener un cachito de su ideología en el parlamento, como si los demás parlamentarios no fueran también responsables. Es decir, el elegido representa a todos, de la misma forma que ZP para bien o para mal, nos guste o no, nos representa a todos. El representante elegido por distrito no iría preguntando a quien ha votado, tan solo tendría que cumplir su programa o ser valorado por las contingencias que surgan. Esto conlleva el tener algo que no existe en España: la cultura del programa electoral ¿alguien se lee los programas, o vota solo por impulso, odio, enfado, etc? Precisamente es más democrático pensar en el ganador del distrito como tu representante aunque no sea el que has votado, pero exigirle la misma responsabilidad o mayor, que si fuera el de tu preferencia. Aceptar la decisión de la mayoría cosa que en este sistema actual nunca se acepta. Se siguen las legislaturas como partidos de fútbol, protestando de todo lo que dicen o hacen los otros, unas veces con razón y otras por provocación.

Es lo que hay.

Saludos

Lino Moinelo dijo...

Por cierto, un tema que podría ser valioso para discutir sería el de los mecanismos de mandato imperativo. No entre nosotros en concreto, sino a nivel general.

Es una ilusión claro, a la gente le importa un pito todo esto, solo quieren que estén los de su bando, tribu, equipo, etc., ocupando los escaños.

Lino Moinelo dijo...

Je, si bueno, una corrección: De esta forma, esa posibilidad se vería reducida locamente, en función del electorado


en lugar de «locamente» quiero decir localmente. Tiene gracia como cambia la frase solo por una letra.

Saludos

Luis Alonso Quijano dijo...

Estimado Manuel:

En efecto, como dice Lino, tan solo he querido reflejar el principio que debe presidir la representación frente a esta partitocracia actual donde la irresponsabilidad política se refleja al terreno social y educacional.
Aunque las raíces de del poder ejecutivo y legislativo (y también del judicial) no son las mismas, pues aquel se le elige para ser jefe (debe llevar el timón de la nación entera) y este para ser súbdito (defender los intereses de sus conciudadanos), la esencia en su elección es la misma, pues el presidente del ejecutivo adquiere una responsabilidad análoga a la del representante de distrito, que al ser único, lo es lógicamente de todos los electores del mismo. Por eso hablo de una relación biunívoca (uno a uno), entre representante, programa y distrito.
Naturalmente que la representación no es condición suficiente para la democracia, pues hace falta además la separación de poderes donde unos controlen a otros.
Esto lo dejo claro en los esquemas que he puesto al lado.
Además, con el control del ciudadano con opción de revocar su mandato, para que se vuelvan a convocar nuevas elecciones, garantiza, al menos, la intención de cumplimiento de esas promesas, en contraste con la situación actual donde, como explica Lino, los programas son meros floreros que acompañan al candidato.
La razón de eficiencia política es evidente; al elegir a la persona, existe un solo objetivo político claro, evaluable e igualmente revocable.
La partitocracia con presiones, división territorial, alianzas y consenso constituyen la ineficiencia política por antonomasia.
Por otra parte, la corrupción no puede prosperar, cuando los poderes están muy divididos y vigilados.

Un saludo afectuoso.

Luis Alonso Quijano dijo...

En lo que no estoy de acuerdo, Lino, es en que Zapatero nos representa a todos, porque como explico en la entrada, no hemos podido ni votarlo y donde existe el voto proporcional no existe relación unívoca, por lo tanto no existe responsabilidad.
Zapatero representa lo que representan los políticos en este régimen: a la cúpula de los partidos, que son los que tienen secuestrada la libertad política.
Cuando existe control y elección directa por el ciudadano, existe, implícito, el mandato imperativo del elector a sus elegidos.
Saludos.

Lino Moinelo dijo...

Por supuesto que no nos representa, pero como presidente del gobierno, debería hacerlo de alguna forma. O por lo menos, debería representar a todo el parlamento. No obstante, en la medida que es como dices, refleja lo intrinsecamente corrupto que es el sistema, ya que no representa ni tan siquiera al congreso que lo ha investido como jefe del gobierno, lo cuál es hasta absurdo.

Saludos

manulissen dijo...

Lino, estoy de acuerdo con tu comentario de las 8:14 de ayer. Es cierto que el factor "d=1" garantiza la disgregación del poder y que el sistema que surgiera de la aplicación de esta reforma electoral sería, en el peor de los casos, mucho más limpio que el actual.

Juan José, gracias por tu respuesta de las 8:22 porque aclara con bastante claridad la mayoría de las dudas que he planteado y, además, aportas algunos elementos que complementan esta propuesta electoral tan interesante.

Repito que estoy totalmente de acuerdo con defender una reforma de la ley que apueste por la representación uninominal y el resto de mecanismos que aseguren que la distancia entre representate y elector tienda a 0, pero sigo teniendo la sensación de que hay que sentarse, echar números y ver que salen. Lo digo, por ejemplo, porque estamos dando por supuesta la composición de los poderes y de los distritos electorales y creo que hay muchas alternativas que pueden estudiarse.

En definitiva: ¿voto mayoritario en distrito uninominal? Ok. Ahora: ¿para qué? ¿para quién? ¿para cuánto? ¿dónde? Necesito un par de días para exponeros una idea - irrealizable, sin duda - para demostraros que la respuesta a estas preguntas es tan importante como la cuestión del criterio de elección.

Un saludo afectuoso y gracias.

Luis Alonso Quijano dijo...

Manuel, ¿llamas irrealizable a un proyecto que está funcionando en los países más civilizados del planeta, como EEUU, RU, Francia, Suiza, etc.?
Me sorprende que no alcances a ver el tremendo engaño que supone la elección de partidos en detrimento de la libertad política de poder elegir y deponer a las personas que se vayan a dedicar a los asuntos públicos.

Saludos.

manulissen dijo...

No, no, Quijano. Yo no digo que tu propuesta sea irrealizable, porque ahí está, funcionando. Digo que es, seguramente, irrealizable, la propuesta que os quiero plantear.

Lino Moinelo dijo...

Si no no había defendido hasta ahora con determinación el sistema mayoritario, es por la tremenda tendencia que existe sobre todo en la Europa continental a los sistemas proporcionales. Por añadidura, en Nueva Zelanda creo que habían cambiado a un sistema mixto o algo así, similar al de Venezuela o Alemania para el legislativo. Algo tiene el sistema mayoritario que requiere que sea comprendido, para su aceptación generalizada.

No es que no me convenciera, pero entiendo que esto ha de ser algo aceptado de forma general, ya que si no se sabe como funciona nuestro sistema, es como los abuelos delante de un grabador de disco duro y TDT.

Las listas abiertas disminuyen la distancia al electorado acercándolo prácticamente al «1». Pero el día que haya que establecer controles por los ciudadanos, como dice Quijano no existirá una forma sencilla de hacerlo.

Pero ¿qué hacer con las ideologías? Supongo que se juega con el deseo de la comodidad de la gente. que votes a alguien «simpático» para poderte olvidar del tema.

Bueno, hay mucho que hablar y poco tiempo.

Saludos.

Luis Alonso Quijano dijo...

Las ideologías continuarán,porque la mayoría de los candidatos saldrán de los partidos. Pero de esa forma es el ciudadano el que tiene la saltén por el mango, no los partidos como ahora.
saludos.

Lino Moinelo dijo...

Ya lo se Quijano, no es a mi a quien lo tienes que explicar.

La cuestión es que los ciudadanos tendrán el mango en la sartén, pero ¿la cogerán?

Si el sistema tiene mecanismos pero no se conocen o no hay costumbre en utilizarlos ¿de qué sirve a priori?

Está claro que al menos, existe la posibilidad de utilizarlos, pero mi duda no es con el sistema mayoritario y el control ciudadano, es sobre la viabilidad para su implantación y funcionamiento por parte de un electorado que no sabe utilizarlo.

El 50% de utilidad del sistema mayoritario, es por la posterior posibilidad de establecer una responsabilidad y revocación de políticos, El otro 50% es por la elección directa del representante. Si el 90% del electorado se conforma con votar a unas siglas, y está encantado con como lo haga, da igual que el paro aumente de forma brutal, o la corrupción o el retraso tecnológico, ¿que más le va a dar un sistema u otro? ¿cómo va a existir la voluntad de cambio?

Por otra parte, ahí tienes a Nueva Zelanda, que han cambiado de un sistema mayoritario a otro mixto. Explícaselo a ellos.

Por este motivo me parece valioso este artículo, por la explicación.

Saludos cordiales.

Anónimo dijo...

Uno a quien despiden, Luis Velasco, amenaza de muerte unas 20 veces a J.L Moreno, le relaciona con el tráfico de armas, con niños..etc. dice que vio como le pagaba un sobre con 250.000 euros, y digo yo, que o tiene rayos x L.Velasco o no tendrán más sitios para hacer chanchullos que una gala con 3000 personas, periodistas.. asímismo relaciona a directivos, POR SU PROPIO CONOCIMIENTO, sin aportar prueba, pero.. DONDE ESTA LA PRESUNCIÓN DE INOCENCIA? artículo 24 CE, miradlo, os lo recomiendo , y mientras M. Antonia Munar comprando en París todos los fndes, quitaos las vendas pasmaos, amén de un secreto de sumario que se incumple por filtraciones a determinados medios

Anónimo dijo...

¿Estos políticos que hacen en su tiempo de trabajo aparte de manipular, corromper, coaccionar, etc.? el ciudadano cada día pierde mas privilegios, sin una unión del pueblo, -tienen controladas todas las agrupaciones, asociaciones, sindicatos mayoritarios, y las que nacen, enseguida las subvencionan generosamente, para tenerlas controladas, adictas a sus mandamientos. En España, y Sobretodo en Cataluña, Andalucía, etc, Gobierna toda la Izquierda, y el pueblo indefenso sin una oposición de izquierdas que los proteja, y luche por ellos. El PP no puede hacer oposición, por que este Gobierno esta haciendo una política mas de derechas que cuando ellos han gobernado, con una oposición de izquierdas que amenazaban con sacar el pueblo a la calle, como ejemplo en la intención de crear el DNI con chip, que la presión de la izquierda no se lo permitió, con la guerra de Irak, etc. Las leyes de izquierda que se han aprobado son carteles publicitarios que no han supuesto ningún gasto económico, pues el dinero es mas rentable gastarlo en anuncios, para obtener la complicidad de los medios de comunicación, gastarlos en subvenciones y ayudas particulares a negocios que son afines a un Gobierno controlador, planes E para que tapen sus corruptelas los Ayuntamientos, grandes portadores a las arcas de los partidos, como si fuese el pago para ocupar un ministerio,....
¿Dónde están las grandes leyes que puedan hacer crecer un País?, como por ejemplo la Independencia Total del Poder Judicial, con una Caja similar a la de la Seguridad Social, asumiendo el pago y buen funcionamiento de los abogados de oficio, elección de los fiscales, pudiendo implicar al pueblo en esta elección, etc. Controlar por ley el poder de las direcciones publicas, haciéndolas limitadas a pocos años de dirección, para evitar la corrupción, ......

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